Diez pistas para perderse plácidamente en este laberinto de canales, puentes y palacios, romántico y flotante paraíso sobre las aguas de
EL PAIS - EL VIAJERO
Góndolas, vaporettos, mercaderes, máscaras de diseño e infinidad de puentes, con y sin suspiros. La ciudad de los canales por excelencia no sólo engatusa al viajero con su encanto y misterio, sino que se presenta asimisma como el epicentro del auténtico romanticismo.
Un atractivo y flotante destino que EL VIAJERO descubre a través de una ruta que arranca en su ajetreado Canalazzo, y recorre una ciudad ligada a un porvenir tan trágico como el de
1. San Marcos, sin agua
Para evitarlo, nada mejor que subirse al Campanile, torre que domina la plaza y emblema de
2. Desde Alejandría
Nos hallamos, por cierto, en la única piazza de la ciudad, pues los venecianos se refieren a las restantes como campo. Junto al Campanile, destaca
En principio se concibió este templo como una prolongación del Palacio Ducal (2), aunque más tarde ambos edificios han mantenido su "independencia". Este palazzo es el más destacado de cuantos se reparten por la capital de la región de Véneto, como símbolo de la gloria y el poder de la Venecia más floreciente, y por haber sobrevivido milagrosamente a varios incendios.
Su lujoso interior pasó por diferentes etapas desde su construcción entre los siglos X y XI: desde hogar de duques italianos, hasta sede del gobierno y de la corte de justicia, una cárcel durante la República de Venecia, oficinas administrativas y, finalmente, el museo que conforma actualmente. Ah, presten atención a sus fachadas, pues mudan de color conforme cambia la luz del día, hacia un característico rosáceo.
3. ¿Suspiros de amor?
El cercano el Puente de los Suspiros (3), otro de los símbolos turísticos de Venecia. Conectada con el Palacio Ducal -donde los acusados eran procesados-, fue hecho construir en piedra de Istria y decorado con motivos barrocos. La belleza estética de la estructura le ha atribuido una connotación romántica en total contraste con su función original. Los suspiros que suscitaba no eran precisamente de los enamorados, sino los de los prisioneros recién condenados a muchos años de prisión.
Siguiendo el curso del Gran Canal hacia el norte se encuentra el famoso Puente Rialto (4), hasta el siglo XIX, el único medio de cruzar el canal sin "mojarse". Su proximidad a una importante zona comercial, provoca una constante y a veces agobiante afluencia de personas, que no permita admirar realmente su belleza. Mejor dejarlo para la noche, con el constante deambular de góndolas bajo su gran arcada.
4. La compra en Venecia
Uno de los grandes espectáculos de Venecia es pasarse de buena mañana por los mercados de Rialto y las pequeñas tiendas aledañas al citado puente. En el mercado de Erbaria, dedicado a frutas y verduras, se convierte en un escaparate de los productos típico de la zona -espárragos y alcachofas-, mientras el de
A la vuelta de esquina, en Ruga Rialto, podemos comprar otros productos típicos de
5. Fachadas de oro
Unos metros más arriba se halla el Ca d'Oro (5), o Casa Dorada. Este palacio es uno de los edificios más suntuosos y con mejor presencia de Venecia, gracias a los colores de su fachada principal, decorada originalmente con pan de oro y mármol brillante. Situado a orillas delCanalazzo, ahora alberga un gran museo que donde se puede admirar la colección donada por el Barón Giorgio Franchetti, quien compró el palacio en el 1894.
También se incluyen pinturas de la escuela veneciana, como el célebre San Sebastiano de Andrea Mantegna, obras de la escuela toscana y flamenca, maravillosas estatuas en bronce y esculturas del Renacimiento. Podemos completar esta dosis artística en el cercano Ca' Duodo, y su interesante exposición de piezas en cerámica halladas en la laguna veneciana.
6. Una cena flotante
Para los que deseen disfrutar de la gastronomía italiana y, más concretamente, veneciana, la zona de
Existen más posibilidades para disfrutar de sus especialidades culinarias, como las que ofrece la zona del Campo Santa Margheritta, las terrazas sobre tarimas flotantes en verano en uno de los lugares más apacibles y románticos de la ciudad italiana, Zattere, donde la puesta de sol sobre
7. Una farmacia del XVII
Bajando por el lado este de la ciudad nos toparemos con el Ca'Rezzonico (7), un museo del siglo XVIII veneciano, que hoy ocupa el palacio donde se hospedaba
8. Arte de escuela
Si el viajero aún conserva ganas de arte veneciano, tiene una cita imprescindible en
En este edificio se puede admirar el más completo panorama de todas las tendencias de la pintura veneciana, ya que la colección ha sido enriquecida con obras extraídas de tesoros religiosos, herencias privadas, restituciones y adquisiciones de artistas de la talla de Tintoretto. Además, un último y bello cuadro nos aguarda a la salida, el puente de la Academia, que junto con el de Rialto y Scalzi, atraviesan en Gran Canal.
9. El taller de Tiziano
El rico caudal artístico de Venecia también se demuestra en Ca' Barbarigo (9), un palacio convertido hoy en hotel, que expone un auténtico tesoro en su fachada principal; dos hermosos mosaicos dedicados a las visitas de Carlos V al taller de Tiziano y de Enrique III al de Murano, ambos obra de este pintor y
10. Venecia en la distancia
Es hora de abandonar el Gran Canal, tomar el vaporetto y navegar hasta la isla de San Giorgio Maggiore (10), cuya basílica homónima y su monasterio benedictino, del siglo X, van creciendo en el horizonte conforme el viajero se acerca al islote. Esta iglesia conserva en su interior pinturas tan destacadas como La última cena de Tintoretto, y su vocación artística ha hecho que en la actualidad, ya como monasterio, se haya convertido en el cuartel general del centro de arte de
Si estar estar rodeados de tanta agua incita a un baño, la solución pasa por Lido, la pequeña playa de esta isla, un banco de arena de