jueves, 17 de diciembre de 2009

JOULUPUKKI EN MOTONIEVE, LAPONIA


Safari con renos o una sauna seguida de un chapuzón en un lago helado. Más allá del Círculo Polar Ártico, Laponia sorprende.

GONZALO TÉUBAL - 17/12/2009 ELPAIS

http://elviajero.elpais.com/articulo/viajero/Joulupukki/motonieve/elppor/20091216elpepuvia_2/Tes

Como la Cochinchina, Tombuctú, Potosí o Babia, Laponia es un nombre que se compone a partes iguales de lo mítico y lo real. Siempre hay algo mágico y aventurero en la sola mención de su nombre que nos evoca paisajes helados y manadas de renos. No en vano Santa Claus nació en sus montañas, y ahí sigue. Se le puede ver en este lugar, que existe, y al que se puede llegar desde Madrid en un avión en menos de cinco horas.

Laponia (Lapland en inglés) es un territorio que no tiene fronteras políticas, sólo naturales. Son cuatro países los que se reparten esta zona en pleno Círculo Polar Ártico: Noruega, Suecia, Rusia y Finlandia. Pero es éste último el que tiene la suerte de haber contado con una leyenda que se ha exportado a todo el planeta y de la que desde hace unos años se hace una explotación turística y comercial digna de Disney.

Para llegar a la Laponia Finlandesa es preciso volar primero hasta Helsinki. Hay un vuelo diario de Finnair e Iberia respectivamente que nos dejará en poco más de tres horas y media en la capital. Ahí deberemos tomar otro de una hora hasta Rovaniemi, capital lapona, todavía en el lado meridional del círculo polar ártico. Esta ciudad, de unos 60.000 habitantes, tiene la peculiaridad de haber sido completamente reconstruida tras la destrucción total que en su huida provocaron los nazis. En la nueva Rovanoemi intervino el más famoso de los arquitectos finlandeses, Alvar Aalto, quien hizo una distribución urbanística de la ciudad similar a las astas de un reno, el animal "sagrado" por estos lares.

Rovanoemi, por tanto, no tiene el sabor de otras poblaciones laponas, con casas de madera de estilo luterano. Pero sí existen interesantes edificaciones y museos para los amantes de la cultura como el Centro Arktikum, mucho más que un museo antropológico.

En cualquier caso Rovaniemi ha de convertirse en el centro de operaciones si se viaja con niños, pues muy cerca del centro se encuentra el Santa Claus Village (www.santaclausvillage.info), donde los más pequeños podrán fardar en el colegio con haber conocido, en persona, a Papá Noel y sus colaboradores y de haber entregado su carta en la divertida oficina de correos, con matasellos especial incluido. Además, entenderán cómo es posible que a Santa le dé tiempo a llegar a todas partes ¡en sólo una noche! No se desvelar el secreto aquí, pero sí el que concierne a los adultos: preparar la cartera si sucumben con facilidad a las presiones de sus hijos.


Si se busca un poco de aventura, lo mejor es cruzar la línea del Círculo Polar Ártico y adentrarse en el espectáculo de la Laponia invernal. El cambio de aires está garantizado. No hay nada parecido en esta nuestra Europa meridional que pueda parecérsele. Empezando por esas noches eternas que dejan un estrechísimo espacio para la claridad, que no sol, y que puede durar tan solo unas tres horas a finales de diciembre. Además, las actividades que ofrecen estos paisajes y esta cultura son, aunque pueda parecer extraño, sumamente variados.


Safari con Huskys

Imprescindible. Será una ocasión única para experimentar, cual Dersu Uzala o el último cazador, qué se siente al mando de un trineo arrastrado por las bellezas caninas que pertenecen a esa raza ártica.


Safari con renos

No espere ninguna inyección de adrenalina. Un paseíto bien abrigado para evitar el frío sobre pieles de reno en un trineo confortable mientras se recorren los helados caminos lapones. No merece la pena más de media hora. Adviértase al guía antes de salir, por si es posible acortar el trayecto.


Excursión con motos de nieve

Ruidosa y contaminante, pero es la única manera de acceder a lugares realmente impresionantes sin cansarse. Las excursiones se hacen con dos guías y el aprendizaje de la moto no es complicado. ¡Cuidado con las curvas!


Sauna y baño en lago helado

Sí, como suena. La sauna forma parte de la cultura finlandesa, como la tertulia del café en nuestro país. Es una costumbre que acerca a este país, como en tantas otras cosas, con el norte de Rusia y los países bálticos del norte. Casi todas las casas de Finlandia que se precien han de tener una sauna y no debemos perder la oportunidad en Laponia de probarla. Sobre todo por la peculiaridad que ofrecen algunas de ellas, situadas en cabañas en los bosques: un baño en el lago helado después de la sauna. No hay que dejarse llevar por la imaginación, no es para tanto y, después de todo, ¡es una vez en la vida!


Caminando por la nieve con raquetas

Es la manera de tener un acceso ilimitado a las interminables planicies nevadas. No se necesitan pistas preparadas; el itinerario es libre. Después de una corta sesión de introducción, las raquetas de nieve que, como bien indica su nombre se parecen a unas gigantescas raquetas de tenis, resultan fáciles de usar y además se pueden transportar más cómodamente. La variante nórdica -paseando con la ayuda de unos palos- es un ejercicio aún más efectivo. En ambos casos, lo mejor es la sensación de disfrutar de un día resplandeciente al aire libre.

NUESTROS VIAJES A DE TURISMO CULTURAL Y SOSTENIBLE A LAPONIA:

http://www.atravesdelatierra.com/es/pais.php?id=63

2 comentarios:

Gonzalo Téubal dijo...

Por lo menos podías poner un enlace al original, ¿no crees?

ATRAVESDELATIERRA.COM dijo...

Estimado Gonzalo, si pinchas sobre el título te lleva directamente a la página de "El Viajero" donde se encuentra el artículo.

De todas maneras tienes toda la razón y quizá no se ve suficiente. Lo he añadido justo debajo del título, para que quede más claro.

Saludos y gracias por tu comentario.